Alcohol y cerebro: Tolerancia al dolor y calor

Como si necesitas alguna razón más para tomarte una cerveza. Un nuevo estudio sugiere que unas cuantas birras calman el dolor mejor que algunos de los analgésicos que puedes encontrar en la farmacia. El estudio ha sido realizado por el doctor Trevor Thompson, de la universidad de Greenwich y acaba de publicarse en la revista The Journal of Pain. Sus conclusiones son que una cantidad de alcohol en sangre superior al 0,8% (aproximadamente tres cervezas) eleva siginificativamente la tolerancia al dolor en el organismo. Ha llegado a esa conclusión después de analizar 18 estudios que estudiaban precisamente el efecto de diferentes dosis de alcohol en la respuesta al dolor de los seres humanos. Cuando la temperatura es baja, el organismo reacciona dirigiendo el flujo sanguíneo hacia el tronco, y de este modo proteger los órganos internos manteniendo el calor. El alcohol tiene el efectos contrarios, pues produce una vasodilatación periférica (dilatación los vasos sanguíneos), de tal modo que la sangre se dirige hacia la superficie de la piel, y produce la ilusión de calor, ya que los receptores de temperatura están en la piel. Este fenómeno tiene como consecuencia una pérdida de calor y enfriamiento interno al tiempo que proporciona una sensación subjetiva de calor. Por eso, en situaciones de embriaguez hay que abrigar y proporcionar calor al sujeto, nunca intentar “despejarle” por medio de duchas frías.

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